El chasis, es un envase a prueba de luz destinado a recepcionar la película y creado para permitir la fácil carga y descarga en tanto se mantiene en contacto casi perfecto con las pantallas intensificadoras
El chasis
es un sustento rígido que contiene la película y las pantallas
intensificadoras. La cubierta frontal y la cara lateral, debería estar hecha de
material con un bajo número atómico tal como el plástico, debería ser tan
delgada como practica, además de robusta, para una mínima atenuación del haz de
rayos.
Adjunta en
el interior de la cubierta frontal está la pantalla frontal, y adjunta a la
cubierta trasera está la pantalla trasera. La película se encuentra entre las
dos pantallas.
Entre cada
pantalla y la cubierta del chasis hay un tipo de aparato compresible, tal como
una goma o un fieltro. Que mantiene próximo el contacto película-pantalla
cuando el chasis se cierra y se traba.
La
cubierta trasera se hace normalmente de material pesado para minimizar la
retrodispersión.
Los rayos
pueden ser transmitidos a través del chasis entero, y algunos podrían ser
dispersados hacia atrás contra la película por el aparato de sustento del
chasis o una pared cercana. Esto se llama radiación de retrodispersión y produce
una imagen nublada.
A veces,
las bisagras del chasis en la parte trasera se reproducen en la imagen. Esto se
debe a la radiación de retrodispersión y generalmente ocurre solo para
radiografías de altos kvp. Cuando el haz de rayos penetra lo suficiente.
Un chasis
con un frontal consistente en fibras de carbono solamente absorbe cerca de la
mitad de rayos que un chasis de aluminio o plástico.
La
fibra carbono también se usa como
material de la paleta para tablas de examen fluoroscópicas y tomografía (camilla).
La fibra
de carbono no solo reduce la exposición al paciente sino que puede proporcionar
una vida útil más larga al tubo de rayos por la baja demanda que requiere.
Los
chasis o portaplacas pueden ser de metal o de cartón.
En
todos los casos tienen por objetivo proteger la placa radiográfica de la luz.
Por otra parte, los chasis de metal tienen también la función de permitir las
exposiciones radiográficas con pantallas reforzadoras.
Chasis metálicos: los chasis metálicos están
integrados por las siguientes partes:
1)
Una
cara constituida por una lamina lisa de aluminio o baquelita que mira siempre
hacia el tubo de rayos x.
2)
Una
pantalla reforzadora pegada en la parte posterior de la cara anterior del
chasis, pantalla denominada anterior.
3)
Una
tapa posterior constituida por una placa metálica rígida de acero o aluminio
que se ajusta sobre la tapa anterior por medio de resortes o prensadores
metálicos.
4)
Una
pantalla reforzadora, denominada posterior, colocada en la parte interna de la
tapa posterior y, entre ambas, un fieltro destinado a asegurar el contacto
intimo entre ambas pantallas reforzadoras y la película radiográfica.
Son
numerosos los modelos de chasis. Todos son aceptables a condición que el
contacto entre film y pantalla reforzadora sea perfecto.
Deben
ser livianos, de espesor mínimo y de seguro y fácil cierre y abertura.
En
el cuarto oscuro los chasis de distinto tamaño se dispondrán en estantes
siempre en posición vertical. Para evitar su deterioro, los chasis siempre
deben estar cerrados. Lo mejor es tenerlos siempre cargados con su
correspondiente placa.
Existen
chasis planos que son la mayoría de ellos y otros curvos para ser adaptados a
regiones anatómicas no uniformes.
Chasis de cartón: están destinados a
exposiciones radiográficas sin pantallas reforzadoras. También tiene dos caras,
una que mira hacia el tubo, la anterior, y una posterior que esta provista de
una delgada lamina de plomo cuya finalidad es absorber las radiaciones
secundarias dispersas.
Ambos
tipos de chasis se presentan en distintos formatos, correspondientes a los
distintos tamaños de las películas radiográficas.
Para
probar si un chasis es realmente de cierre hermético, se lo expone cargado con
una película a la luz durante un tiempo prudencial y, luego se revela la placa,
si esta presenta velo, el chasis no es de cierre hermético.
Son
cuadros o marcos de metal rígido, rectangulares, de distintos tamaños, cada uno
destinado a los correspondientes y diversos tamaños de las placas radiográficas.
Suelen
ser de acero inoxidable y los hay de dos tipos: a pinzas y a broches.
En
el primer caso, las pinzas están fijas en los dos ángulos inferiores, mientras
que en los ángulos superiores están sujetos a un soporte flexible. Si se utiliza
este tipo de bastidor, la película se colocará primero en las pinzas inferiores
fijas.
Los
bastidores a broches poseen un broche en cada uno de sus ángulos y la
colocación de la placa a la hora del revelado es indistinta.
Cuando
se coloca una película en su bastidor es necesario que este bien seco. Conviene
lavar los bastidores de vez en cuando con agua y jabón para alejar de ellos los
productos químicos que pudieran haberse adherido o acumulado.
Uno
de los inconvenientes de los bastidores a pinza es que el vástago flexible es
vencido por el uso, caso en el cual la placa ya no puede distenderse
adecuadamente.
El
procesado de las placas radiográficas no exige menos preocupación que la toma
de las mismas ya que muchas placas correctamente expuestas pueden resultar
inutilizadas o seriamente afectadas por un revelado deficiente.
Para
evitarlo debe asegurarse que el cuarto de revelado sea efectivamente un cuarto
oscuro y que no pueda resultar expuesto a radiación X, por su proximidad a la
sala de rayos o un blindaje insuficiente.
Deben
emplearse revelador y fijador recomendados por el proveedor de las placas y las
temperaturas de los baños mantenerse dentro de límites especificados.
Deberá
asimismo evitarse el agotamiento del revelador, reponiendo antes de llegarse a
esta situación.
Todo
esto no solo contribuye a evitar la duplicación de placas o el aumento de la
exposición que requieren las mismas sino que también contribuye a la buena
calidad de la imagen radiográfica.
En
caso de maquinas procesadoras, mantener el esquema de service periódico.
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